Desde luego no se puede decir que Simón Pedro fuera propenso a cambiar de opinión fácilmente. Vemos en Hechos 11 como Dios para convencerle de que tenía que admitir a gentiles dentro de la iglesia naciente le muestra una visión. Aquella en que dentro de un lienzo con animales impuros para comer y le ordena matarlos y comerlos.
Cualquiera hubiera procedido de inmediato, matando y devorando. Pero leemos que hubo que repetir la visión tres veces hasta que Pedro obedeció. ¡Qué paciencia la de Dios!
No hay comentarios:
Publicar un comentario