sábado, 1 de abril de 2017

Guías.

Leo en una revista de los testigos de Jehová de hace unos años un artículo sobre las andanzas de una misionera por tierras de Indonesia.

Cuenta que se encontró con una joven abatida, a la que comenzó a hablar de la esperanza de vida eterna en el Paraíso terrestre que se aproxima.

Cuando le estaba leyendo la Biblia, la chica se echó a llorar y le confesó que minutos antes, ante la falta de 1.500.000 rupias (unos 160 dólares) para pagar las tasas universitarias, estaba pensando en vender su virginidad para conseguir el dinero.

Tras la charla, la futura estudiante había decidido aplazar sus estudios y mantenerse pura. Dios la había guiado.

Desconozco si la joven continuó en contacto con los testigos, pero si es así, teniendo en cuenta el afán con que la organización trata de disuadir a todo miembro de realizar estudios superiores, mucho me temo que los estudios continuarán aplazados indefinidamente.

Mala suerte la de la muchacha, tal vez de haber topado con el misionero de otra iglesia, le podían haber prestado o donado el dinero, y ahora estaría acabando la carrera. Mala suerte, y mala guía.

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